Una vez conocí una chica que vendía por internet material de scrap, pero como vivía cerca de casa a veces pasaba a comprarle directamente si necesitaba algo. Ella me comentó que su mejor clienta era su vecina del piso de arriba, es una mujer sola, me dijo, no tiene a nadie, nunca se casó y tampoco tuvo hijos, su máxima distracción es hacer tarjetas...
Me contó que la señora tenía cajas y cajas llenas de tarjetas hechas por ella; no las hacía con un objetivo específico, las hacía porque se sentía feliz haciéndolas! cuando yo escuché esta historia no comprendí muy bien... cajas de tarjetas? uf!
Hoy lo comprendo perfectamente! no es mi caso exactamente, pienso que si se tiene un objetivo para hacerlas la terapia es doblemente gratificante, pero entiendo que la señora se entretuviera de esa manera, porque hacer tarjetas de verdad que es muy divertido!
Esta tarjeta con su efecto pop up produce un "oh!" muy satisfactorio... entonces, primero el entretenimiento de hacerla y luego la alegría de regalarla!
No soy de pasarme horas en una sola tarjeta, me gustan sencillas, pero a veces sí que me entretengo pensando en los detallitos...
En qué color le combina mejor, el tipo de letra... y me alegro cuando una sola perlita puede hacer la diferencia
También me encanta ver un modelo y sentir el reto de: _Yo también puedo hacer algo así! y luego de pasar toda la tarde cortando y plegando ver un lindo resultado
Estoy segura que no te cuento nada nuevo, que estos son sentimientos comunes, a que si? Ya hiciste tus tarjetas para estas navidades?
1 comentario:
A la satisfacción de hacer las tarjetas con nuestras manos se une la alegría de regalarlas y compartirlas.
Te ha quedado ideal, Stella.
Besos
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